Hablando de guitarra a batería.



Hoy en la mañana pensaba escribirte lo que pienso, perdón, más que eso es lo que siento cuando escucho punk rock y me di cuenta que a través de esa simplicidad musical hay todo un compendio de emociones y engranajes que se mueven en mi cabeza, corazón y cuerpo. Este estilo musical está lejos de ser una piedra de tope para una mente de composiciones complejas, es la simpleza el desafío y a la vez el escape a la confusión de un mundo de mierda regido por personas a las que no le importan los intereses de los demás. El punk es un escupo a la cara, es una patada en el culo, energía que fluye por el grito e incita a todos para no quedarse callados ante los abusos. Ni las armonías ni las soluciones parche son el objetivo. El planeta está armado por un sistema de hacer y pensar la vida en pro del bienestar de algunos y nadie de nosotros está incluido en ello, es por eso que hay que cantar, gritar, saltar, dar cuenta que no estamos dormidos, que no somos parte de los que se dejan pasar a llevar, de que vamos a quemarlo todo, porque casi nada sirve. Por último, el punk rock es alegría, odio y pasión juntos, no hace falta complejidad para entender que aquí estamos dando señales de que no somos parte de ese rebaño que claudica bajo el falso argumento en pro del siniestro desarrollo de un planeta post moderno, todo esto es mensaje, todo esto es punk, para mi un estilo que se forjó por 3 acordes y se grabó con potencia en mi cabeza y corazón.

Dussh.

No puedo.

A veces pienso que es grave dejar que el tiempo pase. Minutos hay muchos y por eso caemos en el error de creer que se pueden recuperar o que son los mismos de ayer. Lo cierto es que no. El tiempo pasa y cada segundo es un cartucho desperdiciado en otra cosa que no es balear al destino como se merece.

Queda emoción.

Hola, estoy acá, justo frente a quien quiera mirarme a los ojos, listo y dispuesto a dar la pelea con ferocidad y convicción. No tengo miedo por ahora y si lo tengo lo asumiré como parte de mi estrategia natural para vencer, porque siento y gracias a eso vivo, no soy de piedra, pero si muy duro. 

Caballero de memoria selectiva.


Si te he visto no me acuerdo, si te desvisto no te olvido. 

No es fácil.

Eres joven, te puedes y debes parar de la silla; me puedes robar, te drogas, puedes saltar, te dejas el pelo largo, te enojas te falta madurez, si haces algo bien sólo fue suerte. 
Debes aprender a socializar pero debes dejar de salir tanto. El color de tu pensamiento es vital para el futuro que es igual al pasado, pero tiene que ser de un partido putrefacto que yo elijo. 
Niño eres, desde que naces, hasta que mueres tapado en tus deudas por querer cumplir el futuro promisorio que alguien más concibe como el correcto. 
Te deseo que por fin en paz descanses. 

San tonto

Es preocupante que lo normal sea creer en supersticiones imbéciles y lo tonto creer en las personas. 

Odio Vintage

Señorita me rio de usted, reina de la actualidad desactualizada, si puede vestirse como si viniese de la segunda guerra mundial usted cumple una meta, si puede ir a morir como lo hacían en la segunda guerra mundial usted me hace un favor.

Te quiero, lo sé.



Te odio perra! perra! perra, gata. 

Casi


Iba camino a la cura, cuando decidí atropellar mi destino y pasar por encima de las expectativas de mi mente. Te fui a visitar como un drogadicto con síndrome de abstinencia, tenía una cita con el doctor cerca de ahí, pero podría esperar. Necesitaba observarte por 1 segundo más, mi cuerpo lo pedía, mi alma lo rogaba, era hacer como si todo estuviera bien.
Te veías triste, bueno, nadie ríe todo el día y menos en el trabajo. Tu pelo estaba tomado para no estorbar en tus labores y tu perfil precioso se volvió a grabar en mi cabeza, haciéndome recordar aquellas tardes en que agradecía su bella compañía. 
Pensé que podría soportar la dichosa escena, que mi testarudez arrasaría con el nervio y no sería más que una visita fantasma, me mentí. Desde el primer segundo en que te tuve a 10 pasos de distancia, sólo quise abrazarte, darte ese beso que nos hacía sonreír como por arte de magia y raptarte de la rutina aburrida en la que te estabas ahogando.
Cuando dejé de soñar despierto contigo frente a mi, cambié de rumbo, no era correcto ni sano para los dos que intercambiáramos palabras, casi nos vimos, casi te pude intentar besar, casi sentía que éramos los dos planeando algo, casi puedo oler el perfume que te regalé, que hace que se me derrita el corazón, casi muero de la tristeza cuando me topé con la realidad.

Amor

Desde que casi me mató de una paliza que le tengo pavor.

No hay oportunidad.


Que basura hay en sus cabezas, les confieso mi odio hacia las mentiras y no me creen.

Vista al frente.

Disparar sin ejército hace libres. 

Pelear sin gloria maquina convicción. 

Descansar mirando al cielo nos vuelve eternos.

Pena capital.


Sentado en la mitad del living observa perdidamente el vaso que dejó sobre la mesa. Llegó el momento de sentir. La adrenalina brota por todos lados transformándose en sudor, sus manos ancianas tiemblan más que de costumbre y en un pestañear de su consciencia ya está parado justo en donde se puede sentir el latir del miedo abrazado a la verdad. A paso firme corre al baño, su viejo cuerpo está listo para partir. La cabeza sólo le recuerda que el pasaje siempre ha estado guardado en el botiquín. Frente a frente se mira con lo que días más tarde será su recuerdo, abre el dispensario, de él saca su vieja máquina de afeitar, en su mano está el paso a la eternidad o al fracaso continuo en la mente de los que permanecen. Sin más pausas ultima sus lamentos, quema el sentir y comete el único asesinato al cual tiene derecho en la vida. 


Nos hacemos viejos.


Mientras menos vida queda, más razones tenemos por vivir.

Tortura.


La conciencia arde, mas nunca se quema. 

Amor para valientes.


Ya no habían más palabras, mi rostro estaba desfigurado ante implacable decisión. Veía con horror como una parte de mi vida me decía, hasta acá llego y continuo mi rumbo lo más lejos que se pueda del tuyo. Me desmoroné, creo que en ese momento nada me importó menos que el orgullo retrógrado de ser un tipo masculino. Lloraba como nunca y tu te veías tan tranquila, tan guapa con tu vestido negro, perfecto para el funeral al cual fue invitado. No pude hacer nada más que abrazarte, besarte en la mejilla, se acabó todo,  nos despedimos como conocidos de labios secos. Agarré mis cosas y dejé atrás la cama en la que estabas sentada con la cabeza abajo, mirando al suelo. En un abrir y cerrar de ojos la puerta del departamento estaba cerrada y yo ya no era nada. La calle aun estaba llena de vida, niños, familias, ebrios, perros, todos presentes para el gran desfile en el que yo iría llorando como un niño de paso lento.
Esa noche caminé, no temía ser asaltado, no había comido ni pensaba hacerlo, veía como delante de mis ojos en sangre se movían figuras, a ratos sus miradas se me clavaban al rostro, enjuiciando el deplorable estado que llevaba, ya nada me importaba, esta era mi humanidad, era yo, tal cual, destruido y a la vez valiente.

Pausa.


Veo que no dejan de caer las hojas y el viento no tiene pensado interrumpir el susurrar de la tarde. Tus labios se mueven como si su misión fuera enardecer mi corazón, la situación se pone tensa, ya no hay forma de aguantar. Es un beso, que nace de un pálpito rebelde y cabalga sin acobardarse hacia nuestro punto de encuentro. Nuestro tiempo se detiene.  

Late fuerte.


El corazón es una alarma, nos avisa con ímpetu cuando realmente estamos vivos.

Admiro. 


Nunca silente aunque el pañuelo cubra tus rojos labios, ni hoy ni mañana serán días para que la avaricia de otros acalle tu importante mensaje. 

Me mata.


Mi problema es que no soy parte de tu solución.

Pobre.


La realidad de uno es la esperanza de otro.

Realidad.


 Hola, un gusto en conocerte.

 El gusto es mío doctor, vengo para que me salves.

 Salvar, ¿de qué?

 De mi y insistencia a joderlo todo, ¿esta consulta es gratis?

 ¿Cómo gratis? ¿tu crees que vivo del descontento de la gente?

Claro que no, tienes toda la razón. ¿Cómo podrías vivir de lo que actualmente me está matando?  

Lazo.

Todos los días camino con precaución, no quiero mirar lejos o moverme bruscamente, eso podría cortar el hilo invisible que me une a ti. Asumo que por lo fino que es no lo has notado, pero ahí está. 
Lo desataría, pero temo que eso podría caducar mi corazón, aunque está lleno de angustia me hace sentir vivo. Espero que cuando decidas estirar un poco tu mano al cielo, todo se encuentre anclado. 

Los recuerdo bien.


Recorrer las calles me hace pensar sin parar en tus grandes ojos, raro, siempre te comenté que me encantaban tus labios, pero al primer reencuentro con el recuerdo me topo con tu mirada. Si lo piensas bien, es justo que así sea. Cada vez que nos juntamos me contagiaste la alegría de nuestro encuentro y me hiciste sentir amado, todo con un simple cruce de tu tierno mirar.

No estoy buscando.



Nunca he tenido la más mínima idea de cuál de todos es el camino correcto, yo sólo camino. 

Amigo.


No hay otra forma, llegó el momento en que lo enfrente. Paso a paso, me acerqué con sigilo, no sé por qué, él sabría que vengo y por supuesto siempre se encuentra en el mismo lugar. En nuestros viejos encuentros no lo he pasado bien, pero hoy sentía que todo era diferente, quizá nuestra mala relación se debe a mi falta de interés en él, o tal vez el exceso, nunca lo tuve claro, aunque esto me haya hecho recapacitar. 
Centímetro a centímetro iba apareciendo frente a mi en el sitio de costumbre. Al ver su rostro me percaté que hoy algo era diferente, como si por fin estuviésemos de acuerdo en algo, ambos sonreíamos. Me perdono, no hay nada como mirar el reflejo alegre de tus ojos, no por lo que ves, sino que por lo que sientes al saber que por fin es tiempo de aceptarte tal cual eres. 

Lo haces fácil. 


Ese día teníamos un plan maravilloso, pasearíamos por las calles del barrio Lastarria, para luego terminar comiendo en un restaurante que yo debía elegir antes. Dada mi incapacidad organizativa no tenía nada listo, sólo tenía clara una cosa, quería besarla. Todo salió de maravilla, ella me ayudó eligiendo dónde ir, caminar e incluso despedirnos, yo sólo tuve que elegir besarla.

No saben nada.


¡Amigo!, un clavo entra a golpes y ella se depositó suave y tiernamente en mi cabeza hasta llegar al corazón. No insistas, ningún clavo es necesario para quitar otro cuando la madera está roída.

Dilo.


No le temo a las emociones, amor, pena, rabia, odio, alegría, lo que realmente me aterra, es el silencio.