Hablando de guitarra a batería.
Hoy en la mañana pensaba escribirte lo que pienso, perdón, más que eso es lo que siento cuando escucho punk rock y me di cuenta que a través de esa simplicidad musical hay todo un compendio de emociones y engranajes que se mueven en mi cabeza, corazón y cuerpo. Este estilo musical está lejos de ser una piedra de tope para una mente de composiciones complejas, es la simpleza el desafío y a la vez el escape a la confusión de un mundo de mierda regido por personas a las que no le importan los intereses de los demás. El punk es un escupo a la cara, es una patada en el culo, energía que fluye por el grito e incita a todos para no quedarse callados ante los abusos. Ni las armonías ni las soluciones parche son el objetivo. El planeta está armado por un sistema de hacer y pensar la vida en pro del bienestar de algunos y nadie de nosotros está incluido en ello, es por eso que hay que cantar, gritar, saltar, dar cuenta que no estamos dormidos, que no somos parte de los que se dejan pasar a llevar, de que vamos a quemarlo todo, porque casi nada sirve. Por último, el punk rock es alegría, odio y pasión juntos, no hace falta complejidad para entender que aquí estamos dando señales de que no somos parte de ese rebaño que claudica bajo el falso argumento en pro del siniestro desarrollo de un planeta post moderno, todo esto es mensaje, todo esto es punk, para mi un estilo que se forjó por 3 acordes y se grabó con potencia en mi cabeza y corazón.
Dussh.